El niño de las estrellas (1986) un libro que sólo puedes leer si entiendes cómo niño/a

Releer este libro tras casi veinte años, supuso regresar a cuestionamientos que, si bien siempre han estado presentes, por descuido, habían dejado de resonar en mi espíritu.

Ami el niño de las estrellas escrito por el ciudadano del mundo, el chileno Enrique Barrios durante 1986, es de aquellas situaciones en que el arte se expresa a plenitud, ya que como bien dice uno de los protagonistas «El arte es el lenguaje del amor, y el amor es universal».

Quien entrega tamaña afirmación, no tiene nombre, más bien en el lenguaje terrícola no hay forma de poder repetirlo. Porque si, Ami es un niño del espacio, que gracias a su encuentro con el pequeño Pedro que estaba disfrutando de sus vacaciones (mas bien pedro es quien escribió este libro), recordamos los milagros de la creación en contundentes diálogos.

¿No te parece maravilloso poder mirar, ver?
-No sé. Nunca lo había pensado... creo que sí.
-Si hubieras sido ciego de nacimiento y de pronto adquirieras la vista, entonces te parecería maravilloso poder ver...

Hay quienes dicen que es la versión sudamericana del Principito. Como fuere, este libro va en la misma vía, camino al amor, donde mediante viajes al espacio se nos va recordando cómo mejorar, tras pequeñas declaraciones: «-El orgullo apaga la luz... es la semilla de la maldad».

La vida no tiene otro propósito que disfrutar sanamente de ella cada instante... Intenta sentir, percibir, en lugar de pensar. El sentido profundo de la vida se encuentra más allá del pensamiento...

Vamos amigos de este lugar, si no conocen de este libro, lean, no se arrepentirán. Si ya le conoce, relea, algo nuevo ha de encontrar.


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